Ficha de Irina Volkova

Nota a los admins: Etto ._. No estaba segura del formato que debía utilizar, pero haré mi mayor esfuerzo *O*


Descripción Física:
Cabello de color castaño oscuro y ojos de un color negro intenso, que oscilan con un café brillante cuando no tiene sed. Su tez es suave, firme y pálida, es alta (180cm) de complexión delgada a atlética, tiene dos tatuajes en las muñecas, uno es un candado pequeño y el otro es una cadena rota, cada uno de los tatuajes posee una historia.

Descripción Psicológica:
Si fuera tratada profesionalmente, Irina sería diagnosticada con un OCD ó "Desorden Obsesivo-Compulsivo". Ama estar en control, y es increíblemente perfeccionista, es muy fácil de irritar y suele encenderse muy fácilmente con cualquier comentario o mirada. Es bastante imponente y jamás ha sido sometida por nadie. Ha eliminado todos los sentimientos humanos unos 70 años después de ser convertida, básicamente se ha convertido en una mujer sinvergüenza, soberbia, orgullosa y sin alma y sin una gota de amor en el cuerpo, manejada por sus instintos de hedonismo y egoísmo, siempre ha sabido salirse con la suya. Su mayor miedo es que alguien más fuerte que ella logre someterla, a nada más le teme, pues sabe que si aquello sucediera, todo su ser se iría desmoronando poco a poco.

Historia:
Bulgaria, 1886. La Familia Volkova era una de las más adineradas de la ciudad de Sofía Cuando estalló la guerra Serbo-Bulgariana, Vladimir Vólkova fue uno de los principales precursores para el tratado de paz entre Serbia y Bulgaria, siendo una figura ya bastante influyente, se gano la admiración de toda la nación.
Por si fuera poco, su flamante esposa de 15 años estaba embarazada con su primer hijo. Vladimir, un hombre muy tradicional estaba convencido de que sería un niño. Igor, planeaba llamarlo. Lanzó fiestas y festines para anunciar la llegada del heredero a su legado, Igor Vólkova.
El día del parto llegó, a Serena de Vólkova se le había roto la fuente. Las criadas de la hacienda y los médicos y enfermeras encargados asistieron el parto que duró unas dolorosas 4 horas para Serena. Los médicos lucían victoriosos al haber hecho nacer a un bebé fuerte y sano, pero estaban atormentados también porque el bebé recién nacido no era un niño, más bien era una niña fuerte y sana. Serena durmió sin conocer a su hija aquella noche por el cansancio del parto.

Cuando Vladimir llegó a casa a conocer a su hijo, y desde el primer momento en que escuchó a la criatura llorar supo que se trataba de una niña. Enfurecido, Vladimir echó a los médicos y a las enfermeras, como si hubiese sido culpa de toda la servidumbre el que su primogénito haya nacido niña. Se encerró en su habitación con la bebé recien nacida y Serena despertó con una estruendosa bofetada de su esposo, el le arrancó el camisón limpio que las criadas le habían puesto y la obligó a tener sexo duro toda la noche, vociferando y gritándole que quizá de esa manera su próximo hijo sería un varón. Serena soportó la violación hasta las 3 de la madrugada, cuando pudo al fin escabullirse del pesado y sudado cuerpo agotado de su esposo... Se levantó con sangre corriendo entre sus piernas y cogió a su bebé, saliendo de la hacienda sin que nadie pudiera decirle nada. Serena sabía lo que haría Vladimir si es que descubría que había huido, haría un escándalo. Sin embargo, Serena sabía que a él no le importaría que la bebé ya no estuviera con ellos... asi que arriesgando su vida por la de su hija, Serena llegó a una iglesia en el centro de la ciudad y abandonó a la bebé en la puerta.

El sacristán escuchó llantos en la puerta de la iglesia, y se levantó con una linterna a abrir las grandes puertas de metal, cuando vio a un bebé allí lo levantó y lo abrigó pues la criatura estaba empapada por la lluvia. El sacerdote al día siguiente decidió aceptar que su sacristan y su mujer adoptaran a la bebé, y la llamaron Katherine.

La infancia de Katherine fue tormentosa desde el punto psicológico. La niña creció retraída y no habló hasta los 7 años, que fue cuando tuvo que leer la parábola del día en la iglesia por selección del sacerdote. No tenía amigos, y los muchachos que estudiaban con ella se burlaban de todo lo que pudieran encontrar mal en ella... Dientes chuecos, cabello grasoso, piernas escuálidas... Cualquier excusa era suficiente, así continuó la mayor parte de su adolescencia, hasta que cumplió los 16 años.
Le interesaban mucho los poderes de la mente humana y una buena mañana pudo escabullirse de sus clases en la parroquia para asistir a un curso de cupos limitados acerca de Proyección Astral. Al ingresar al curso, la maestra puso interés en ella, por su peculiar carácter cerrado, le pidió quedarse al terminar el curso y le preguntó si tenía problemas.
La maestra analizó todo el escenario de fondo de la muchacha, su familia le daba amor, su entorno no era tóxico ni venenoso, y sin embargo había algo en ella que no encajaba con la personalidad de la muchacha.

Fué entonces que Katherine se sometió a una hipnosis regresiva para descubrir que era lo que estaba mal con ella. "Una enfermedad en el alma" lo llamó la maestra cuando Katherine iba quedando dormida. Katherine no solo fue hipnotizada, si no que se proyectó astralmente hasta su nacimiento y solo así pudo conocer a sus verdaderos padres... Conocer su origen desató en ella un fuego en sus ojos que de ahora en adelante sería difícil apagar. La sed de venganza, la maldad, la ira y el enojo procrearon juntos en ella, una personalidad nueva y vibrante que haría que Katherine no fuera la misma jamás.

Al acabar la proyección, Katherine se levantó con un semblante totalmente distinto y sin decirle nada a la maestra salió del lugar rumbo a la parroquia. Empacó sus cosas, aprovechando que nadie se encontraba presente, cuando estuvo lista la primera sonrisa de toda su vida se dibujó en sus labios, cerró la puerta con fuerza y se encaminó al único lugar donde podría encontrar el inicio de su destino.
Katherine recorrió calles y plazas por muchos años, viéndose obligada a robar y humillarse con personas insignificantes por un poco de comida.

Una noche, mientras Katherine trataba de buscar refugio debajo de un asiento en la plaza principal de Bulgaria, escuchó pasos acercándose donde ella estaba... Eran pasos sutiles, firmes, casi indetectables... Katherine contuvo el aliento por unos segundos y cerró los ojos sólo por un segundo, pues un estruendo muy cerca de ella la obligó a abrirlos nuevamente, los pasos ahora estaban a solo centímetros de su cuerpo acurrucado, la persona que estaba frente a ella habia arrancado el asiento de la plaza y la miraba con unos penetrantes ojos negros, era seductor, era algo extraño pues Katherine supo que iba a morir esa noche a manos de aquel extraño, sin embargo le atraía. Se quedó quieta mientras el extraño la tomó en brazos como si ella pesara apenas unos gramos, la abrazó con una fuerza sobrehumana, Katherine cerró los ojos y solo escucho la voz de su atacante sisearle al oído.
"Te ves fuerte... Puedes ser útil en mi bando"
Katherine se decubrió temblando por el sonido de su voz, sintiendo un cosquilleo en sus venas y en la parte más interna de su cuerpo. Cerró los ojos una vez más y un fuerte corte en su garganta la hizo gritar de pánico y dolor. La estaba mordiendo, aquel extraño la mordía y al mismo tiempo incendiaba su cuerpo desde la sangre que sentía brotar de sus arterias, perdió el conocimiento en solo segundos y el dolor se convirtió en sed... Sed muy intensa, como si cada poco de aire que inhalaba fueran cuchillas que raspaban la carne seca de su garganta.

Cuando Katherine recobró el conocimiento estaba sola, en un cuarto de un museo abandonado, lo primero que vió fue a ella misma, su reflejo en un espejo en la sala, su cuerpo lucía distinto, sus ojos, su pelo, todo había cambiado... Menos su mirada decidida. Era más atractiva, tenía apenas 16 años y lucía como una hermosa doncella de 22 años.
Inconscientemente sabía lo que le había ocurrido, era una vampiresa ahora. Más fuerte, más segura, ahora nadie la humillaría, ahora ella conseguiría su propia comida, ahora ella podría hacer lo que quisiera con quien quisiera. Era indestructible.

Jamás supo quién fue el que la convirtió, pero desde que lo hizo, Katherine se convirtió en un monstruo.
Su nuevo olfato le ayudó enormemente a encontrar a su primera presa. Su padre. Quien estaba ahora en las últimas etapas de tuberculosis, Katherine se encargó de hacerle saber quién era ella y lo asesinó de la única manera en la que conocía... Drenando su sangre hasta dejarlo seco como una hoja de papel arrugado. Su primer sorbo de sangre desencadenó un frenesí en ella que con el paso de los años aprendió a controlar. Sabía también sin que nadie le hubiera enseñado, que no podía ser descubierta.
Se construyó su propia fortuna asaltando bancos y casas donde nadie tendría idea que falta algo y hasta se dió el lujo de terminar 3 carreras, solo para mantener un perfil bajo.
Se cambió el nombre a Irina Vólkova, sólo para recordarse a sí misma que una desgraciada había nacido de una familia de desgraciados. Mantiene el nombre de Katherine... sólo por si acaso.



Nota 2: Si me falta alguito o hay algun requisito especial, me lo dicen plis? No lo vi por ningun lado xD soy muy cegata