Bienvenida al infierno [Anaïs]

Agito la copa entre mis dedos, el olor a whisky me embriaga. Intento no poner los ojos en blanco pero resulta verdaderamente difícil. Varias mujeres semidesnudas bailan sobre una tarima de madera, contonean sus cuerpos grácilmente, usando una barra que va desde la tarima al techo, como en esos muchos clubs de striptease. Todo ello lo hace más ridículo. Odio las cosas sencillas, una de ellas me mira, quizá deseando que pasemos juntos una noche divertida en cuanto ella termine su turno. Me guiña el ojo y yo hago un gesto con mi copa, como si estuviese devolviéndole el guiño. Suspiro. Detesto las cosas sencillas. No me gustan las mujeres que llevan la iniciativa, prefiero ser yo quien tenga el control, prefiero pelear por conseguir algo dificil antes que tenerlo en bandeja. Puede que eso me haga parecer antiguo, si es así, no me importa serlo.
Miro el reloj. Odio la impuntualidad, Miroslav se está retrasando, quizá la chica le ha dado más problemas de los esperados. Mejor. Así será más divertido. Me remuevo incómodo por la tardanza en ese sillón acolchado que parece un trono del inferno. Me percato de la presencia de Miroslav y sonrío. Un simple gesto basta para que todos desaparezcan, incluidas las bailarinas. Miroslav se acerca con aire condescendiente. Anahís le acompaña. Con las ropas rasgadas, con una venda n los ojos y una marca rojiza en las muñecas.
- Al parecer ya le has enseñado a nuestra invitada tu cuarto de juegos. Espero que te hayas divertido. Mis invitados no se tocan a menos que yo así lo ordene. Espero que te quede claro la próxima vez. - Hice enfasis en el "mis". Odiaba que probasen mis juguetes antes que yo. Pero lo que me jodía en realidad era la superioridad de aquel súbdito que probablemente le habia robado la inocencia a aquel angel que me pertenecía. El ambiente era denso, muy pesado para un ángel, lo cual hace que huir resulte prácticamente imposible. Me acerco a ella y sueltos sus manos, quito las vendas que cubren sus ojos y espero a que se siente frente a mi. Sus piernas débilitadas lo hacen más fácil y necesario para ella. La miro fijamente a sus ojos claros.
- Lamento el trato recibido por Miroslav, te garantizo que será castigado por ello. No me gusta ser descortés con mis invitados. - parece no comprender nada en absoluto - Creo que estás algo confusa. Verás, estás aquí porque ahora me perteneces. Tal vez no lo percibas aun, es muy pronto todavía, pero existe una conexión entre nosotros. Miguel me debía un enorme favor y no he tardado en cobrármelo. Te pedí a ti. Ahora eres mía, me perteneces. No serás una súbdita más, no temas, no quiero eso para ti. Tansolo has de renunciar a tus alas e unirte a mi en un ritual oscuro que unirá nuestras almas para siempre. No puedes elegir, no hay opciones, vas a ser mi esposa. - dejé caer la noticia de tal modo que pareció que la hubiese abofeteado. Ella iba a ser mia quisiera o no. Miguel así lo había aceptado. Ahora sólo me quedaba un asunto pendiente, cobrarle a miroslav la virginidad que a ella le había robado.

El trato en el cuarto de "juegos" de Miroslav, había sido brutal, mis piernas se doblan del dolor, mi piel esta arañada y con marcas que de seguro ya son moradas, me duelen las nalgas y mi entrepierna aun palpita del dolor y no puedo negarlo, de la sensación de tener por primera vez a un.. "hombre" dentro de mi, mis lagrimas se sienten, retenidas tras mis parpados, picando por salir, respiro profundamente, Miroslav me limpia la entrepierna, con una toalla húmeda y lo hace sin cuidado, es un puto bastardo.. respiro.. se que no debería decir eso, ni pensarlo, los ángeles no maldecimos ni hablamos de ese modo, pero lo odio! demasiado como para preocuparme de mi lenguaje, el pecho me duele, mis alas duelen, pienso en Miguel, en que sera lo que pase, si es que en algún momento regreso con ellos, "Seguro me cortan las alas, seguro.. me hacen renacer por este error" intento no sentir mas.. abandonarme como había intentado momentos antes de que ese bruto demonio, me poseyera, pero no lo logro.
*Muévete maldito ángel*
Escucho escupir de esa boca impura del demonio
*Necesitamos llegar lo antes posible, ya me has quitado mucho tiempo*
No me muevo, si quiere llevarme que sea muerta.. porque no resistiré que me vuelva a tocar así.. me levanta con facilidad, y salimos, lo se porque se siente el aire fresco golpearme cuando la puerta se abre, estamos fuera de la casa, lo puedo sentir, intento usar mis dones, pero mi cuerpo no me responde, no tengo la suficiente fuerza y creo que el trae consigo esa planta que me hace sentirme así de débil, se escucha como abre la puerta de un auto y siento como golpeo contra el asiento.
-AAAHH!!-
Grito ante el dolor, mis alas han quedado en mala posición y me duelen.
*Deja de quejarte maldita sea, no quiero ni un puto ruido que salga de ti.. entendido?*
No le respondo he intento acomodarme sobre el asiento, no se cuanto paso hasta que el auto se ha detenido, siento de nuevo el aire, pero tan rápido como lo siento, el aroma vicioso de cigarro y licor llega a mi, junto con esa peste de demonio.. azufre.. me deja de pie, pero mis piernas no me resisten, se enoja y me pega a uno de sus costados, algunos pasos después me deja caer de rodillas, otra voz suena de la nada.
-Quien eres tu? -
No me responde y no entiendo porque pienso que me iría a responder, siento manos extrañas tocándome haciéndome sentarme, me duele el trasero, pero no voy a dejar que eso me haga pedir piedad, ya no.. Le escucho decir varias cosas, pero yo solo quiero morir .. dejar este plano de existencia y olvidar a Miroslav.
-Tu... Es.. esposa?-
Atisbo a decir, jalando aire, niego con la cabeza.
-Estas loco, tu.. tu.. como te llames.. yo jamas podría casarme con alguien como tu.. JAMA!!! - Mi cabeza se mueve con fuerza, negando que eso sea verdad.
-Miguel vendrá por mi.. y tu como te llames.. morirás en su mano..-
No contengo mas las lagrimas.. no puedo con lo que me ha dicho.. Miguel no me dejaría desvalida ante el.. no me dejaría morir en este mundo.. por muy nueva que fuera entre su ejercito.