Explicando.. el dolor.. (Bella )

Es la noche en que debia marcharme.. explicarle a Bella se que seria tan dificil, no sabia como lo tomaria, no tenia forma de saber lo que en ella habia a menos de que ella me lo mostrara, el regreso de la Mansion Cullen, la casa de nuestra familia nunca antes me habia sido tan dificil recorrer el camino.. y lo habia hecho tan lento como pude hacerlo, al acercarme a la cabaña, pude verla desde una de las ventanas que daban a la sala de la pequeña cabaña que era nuestro hogar, su figura hermosa y sus suaves movimientos eran hipnotizantes, el aire traía el aroma de ella hasta donde me encontraba, de pie.. firme por un momento haciendo que mi control fuera definitivamente convincente.
No sabia que era lo que habria en Moscu y no estaba seguro de que saldria bien librado, pero eso no se lo diria a ella solo le explicaria el problema que estaba pasando, de una forma en que jamas me pidiera acompañarme..
Los pasos se fueron dando solos hasta que abri la puerta de la cabaña y entre sonriendole y tomandola de la cintura besando su cuello..
-Hola!-
Apenas un suabe murmullo fue mi saludo aunque las palmas de mis manos acariciaron su vientre y despues sus caderas para hacerla girar hacia mi.. sus ojos en los mios ya de un color miel hermoso, aunque aveces podria extrañar el color chocolate que habia antes en ellos.. Ya habia pasado casi medio año de su transformacion un tiempo en que ella me habia hecho tan feliz...
-Un Peñique por tus pensamientos... Un Real por tu memoria..-
La acerque mucho mas a mi y despues solo deje que mis labios besaran los suyos.. sin esperar en ese momento una respuesta a una vieja linea de algun libro antiguo.

Estaba ordenando mi estante de libros. Sí. El hecho de no dormir había aumentado en gran medida mi pasión por la lectura. No es que me dedique plenamente a ello, pues, en las noches, Edward y yo disfrutábamos de otras cosas. Me sonrojaba solo de pensarlo. Pero, al ser inmortal y tener tanto tiempo, se había convertido en uno de mis vicios. Cada momento que podía, cuando estaba sola, cuando Edward tocaba el piano, cuando se iba de caza... aprovechaba y me ponía a leer. Eso me relajaba. Era el modo que tenía para que mi cabeza desconectase y pudiese descansar.
Estaba claro que los vampiros no nos cansamos físicamente, pero psicológicamente si, desde luego.
Llegó él, de pronto, sentí que mis pensamientos se me olvidaban por completo. Tenía la mente en blanco.
Sonreí mientras él me rodeaba con sus brazos. Sentir su calidez era increíble. Sobretodo cuando, después de tanto tiempo, había estado tan acostumbrada a su frío tacto.
Rodeé su cuello con mis brazos, y fundimos nuestros labios en un profundo beso. Todavía me costaba despegarme de él. Era adictivo para mi. Cuanto más tiempo pasaba con él, más necesitaba de su cuerpo, de su compañía, todo.
Sonreí ante esa pequeña frase. Pero sentí que algo le ocurría. La alegría que parecía mostrar su sonrisa no llegaba a sus ojos. - ¿Qué te ocurre? - pregunté frunciendo el entrecejo - ¿Estás bien?

-Estoy bien aunque... no tengo buenas noticias.. y deberé dejarte unos días..-
Sonreí intentando tranquilizarla, desde que se había convertido no nos habíamos dejado.. ni una noche ni un día.. apenas poco tiempo para ir de caza o arreglar algunas cosas como la que ahora debía de explicarle.. y que no sabia si al final de la historia saldría toda bien.. tome su mano y la lleve al sofá de la sala y la hice sentarse a mi lado.. pase mi mano por su pierna acariciándola con suavidad y después lleve sus manos a mis labios besándola..
-Debo ir a Moscú.. hay una invasión de neófitos que ha consumido la mayor parte de Moscú y todo indica que Rustam es uno de los que están metidos.. en todo ese lió.. -
Trate de no demostrar la incertidumbre que había en mi interior el miedo de que los Vulturis regresaran sus miradas a nosotros por ir a investigar.. o que ellos ya estuvieran ahí esperando .. siempre esperando que cometiéramos el mas mínimo error para conseguir a alguno de nosotros.. por fortuna Alice no iría.. aunque Jasper podría correr el mismo peligro que Alice o yo corríamos ante Aron...
-Necesito que tengas el mayor contacto con Alice que revisen lo que en Moscú este ocurriendo.. ustedes serán nuestros ojos.. a la distancia..-
Tome un nuevo celular de mi bolsillo y se lo deje en la palma de la mano.. y mire sus ojos y me acerque aun mas.. pasando mi mano por su espalda hasta su hombro pegando su cuerpo al mio.. me dolía de sobre manera.. el tener que dejarla el no poder saber que es lo que en su mente había.. lo que en su alma.. sentía..

Me quede rígida completamente. Mi cuerpo estaba totalmente inmóvil. ¿Iba a dejarme aquí? ¿sola? Quería ir con él. Por muy difícil que fuese la situación quería acompañarle. No soportaba tenerlo tan lejos de mi. Mucho menos cuando sabía que podía pasarle cualquier cosa. Podían herirlo, o peor, podían matarlo. Y si no volvía a verlo jamás?
- No! - dije en seco. Y entonces él se mostró completamente sorprendido. Sí. Tal vez me estaba comportando de un modo poco correcto. Pero no soportaba la idea de estar lejos de él. No cuando se trataba de tanto tiempo.
- No quiero estar lejos de ti. Mi vida está a tu lado. ¿Qué haré si te pasa algo? No puedo estar bien aquí sabiendo que allí tu corres peligro. Ni siquiera quiero imaginarlo. Por favor, déjame ir contigo. - supliqué.
Entonces como si una necesidad imperiosa se apoderase de mi, como si el miedo de perderlo me trabucase, me abracé a él con fuerza, rodeando su cuello, atrayendo su rostro muy cerca del mio. Poniéndome de puntillas hasta que mis labios alcanzasen la altura de los suyos. Los míos atraparon su labio inferior y lo besé. Lo besé con fuerza, con pasión. Con anhelo incesante y con necesidad. Como si fuese a perderlo de un momento a otro. Como si fuese algún tipo de despedida. Enredé mis dedos en su cabello, mientras mi lengua exploraba cada rincón de su boca y se enzarzaba con la suya en una placentera y continua pelea. Entonces me sentí completamente abrumada. Mis instintos y mis deseos eran quienes llevaban el control ahora. Ni siquiera podía pensar en mis acciones. Sólo podía actuar. Me dejé llevar. Sin dudarlo ni un momento. Mis manos fueron a parar a su camisa, donde mis dedos se dedicaron a desabrochar lentamente sus botones. En cuanto estuvieron todos desabrochados. Besé sus pectorales, mientras le sacaba la camisa. Besé sus hombros desnudos, luego su cuello, abriéndome paso a su barbilla y de nuevo a sus labios. Mis manos acariciaban su amplia y musculosa espalda. Sólo con él me sentía a salvo.
- No quiero separarme de ti - susurré entre labios, al tiempo que volvía a saborear los suyos y lo besaba de nuevo.

Siento cómo me desnuda lentamente. Y mi corazón parece revivir y acelerarse. Siento como un torrente de sensaciones se apoderan de mi. Como si una corriente eléctrica recorriese todo mi cuerpo.
Me quedo casi desnuda, me recuesto lentamente en el sofá, él hace lo mismo, sobre mi cuerpo, sin cargar su peso sobre mi. Llevo mis dedos con delicadeza a su pantalón, desabrocho su cinturón y su botón. Bajo la cremallera y se lo quito hasta que él termina de quitárselo con los pies, dejándolo caer en el suelo.
Siento el suave y delicado tacto del tejido del sofá contra mi espalda. Y la calidez y el cosquilleo que me provoca el cuerpo de Edward sobre el mío.
Beso su cuello, lentamente, depositando sendos besos en su piel. Cuando llego a su oreja la muerdo suavemente y susurró en su oído - Te amo .
Acaricio sus fuertes brazos, siento sus besos en mis hombros desnudos, en mi clavícula, en mi escote, en mi pecho y siento que allí donde me besa se me eriza la piel, siento un agradable cosquilleo y me agrada demasiado. No quiero separarme de él. Nunca jamás. Ya sea por mi propio bien, no me importa. No quiero que se aleje de mi, porque mi vida sin él no tiene sentido. Lo quiero tanto que incluso duele. Decido no pensar en ello y dejarme llevar. Decido disfrutar de sus besos y sus caricias. Decido disfrutar de los momentos a su lado. Aunque sé que esto no es como una despedida. Porque no voy a dejar que se vaya sin mi. Acaricio su espalda, delineando con la yema de mis dedos cada músculo de ella. Mis manos bajan hasta la parte baja de su espalda. Mis dedos rozan el elástico de sus bóxers.
Quiero hacer el amor con él. Lo deseo. Siempre lo he deseado. Pero jamás hasta tal punto como lo deseo ahora, justo en este momento.

Sentia sus hábiles y delicadas manos rozar el encaje de mi ropa interior, ese simple gesto bastaba para sentirme excitada y húmeda. ¿Porqué? Porque con sólo un roce suyo conseguía volverme loca. Siento sus dedos introducirse en mi interior, sin costarle nada, comienza a moverlos, logrando provocar en mi un cosquilleo y una sensación demasiado agradable y placentera, que se ve incrementada a medida que sus movimientos en mi interior aumentan. Crece y crece, de un modo disparatado. Muerdo mi labio inferior tratando de acallar los gritos y jadeos que están a punto de emerger de mis labios. Sonrío. Esto es increíble.
Aprieto la tela del sofá. Con fuerza. Clavando mis dedos en ella. Arañándola con mis uñas.
Entonces, como si no fuese suficiente con eso siento sus labios besar mis pechos, acariciarlos, buscar mis pezones, chuparlos, lamerlos, incluso morderlos. Y eso resulta demasiado para mi. No resisto más y gemidos brotan de mis labios. Proclamando ser silenciados por su boca.
Desde luego era un buen lector de mentes. Y a pesar de no poder leer la mía parecía saber qué necesitaba, pues sus labios buscaron los míos y se encontraron fundiéndose en un apasionado beso, lleno de amor, ternura y locura.
No tardó en quitar sus dedos de mi, y en su lugar su miembro me penetró lentamente, llenando todo mi ser con su presencia.
Se movía lentamente, suave, despacio, mi cadera se frotaba contra la suya, mi cuerpo se movía y se arqueaba, tratando de sentirlo mucho mejor, mucho más en mi interior. Nuestros movimientos, acompasados, compaginándose eran cada vez más rápidos. No pude más, solté mis manos del sofá y las dirigí a su espalda. Acaricié sus músculos, mis manos descendían hasta su parte baja, hasta rozar su bonito trasero. Lo apretaba contra mi, como si con eso lograse que se moviese mucho más rápido y que me llenase mucho más, completamente. Volviéndome loca. No era sexo desenfrenado. No. Era más que eso. Era tierno, romántico y apasionado. Era amor. Y eso era lo que todo mi cuerpo destilaba por Edward.
Conforme su cuerpo me embriagaba cada vez más, mis dedos se clavaban más en su espalda. Luchaba por no arañarlo, pero las sensaciones placenteras me embargaban cada vez más.

Llene sus labios con los míos.. con suavidad pero llenos de pasión la miraba excitada y sus caderas eran cada vez mas mías que de ella misma.. aunque es mi dueña, sin duda alguna ella es quien decide sobre mi vida y mi muerte.. su mente no me pertenece pero su corazón si y eso es mas que suficiente, gemí contra sus hombros cuando los besaba con cada uno de los movimientos que su cuerpo me dejaba hacer, ella se entrego a mi.. mi lengua no dejo a la suya porque la pasión es demasiada como para olvidar que la quiero completamente mía, mis caderas abarcaban las suyas y mis movimientos comenzaron a acelerarse pero era mi boca la que mas se movía sobre la de Bella.. separe un poco mis labios y mire sus ojos y me detuve un segundo sobre ella..
-Debo de irme lo sabes..-
no quería que ella pensara que me quedaría aun siendo ella mi mayor motivo de vivir.. tenia esa obligación por la seguridad de muchos incluida ella.. la bese sin mover mi cuerpo.. bese sus labios con el amor devoto que le profeso y la abrace a mi.. moviéndome de nuevo con una fuerza un poco mas salvaje.. quiero todo de ella.. y no solo su cuerpo.. pero por ahora es lo que mas tengo a mi alcance.. le diré lo mucho que la amo y que la extraño con cada uno de mis movimientos.. pase ambos brazos a su lado sujetándome de lo que estuviera a la mano y moví mi cuerpo con fuerza para llenarla con todo mi ser.. incline mi cabeza y bese su cuello y sus labios... su mentón con suavidad lo mordí y sus senos fueron mi mejor alivio.. sus senos excitados con sus pezones rígidos que me dejaban morderlos y succionarlos.. mi cuerpo entra y sale de ella con una facilidad deliciosa, aunque su músculos me quieren retener dentro de ella.. me hinco poniendo sus piernas a cada lado de mi cuerpo.. y la jalo hacia mi.. sentándola sobre mis rodillas haciendo que su cuerpo se mueva de arriba a bajo sobre mis piernas, mis manos a sus costados sujetándola subiendo y bajando por su piel.. es mi amor.. mi diosa lo único que me hace seguir de pie.. bajo las manos a sus glúteos y la re pego a mi.. escucho mis jadeos y sus gemidos. y mis labios la vuelven a callar por que también necesito de sus besos..

Sentía su cuerpo llenando el mío por completo. Su piel rozando la mía, mi cuerpo fregándose contra el suyo, piel con piel, ambos sintiéndonos. Sus besos me llenaban de gloría, mi piel se sentía completamente amada y satisfecha. Mis manos acariciaban cada parte de su cuerpo. Como si lo necesitase más que al aire que respiro. Lo que, en realidad no era falso. Cuando se había ido de mi vida, creía haber perdido una gran parte de mí, ahora sabía que, lo necesitaba. Mucho, y que no quería separarme de él nunca más. No iba a permitir que se fuera sólo, sin mi. No me importaba correr peligro alguno, pero mientras estuviese a su lado estaría bien. El hecho de pensar que no lo volvería a ver me mataba por dentro como alguna especie de cáncer maligno.
Besé sus labios, perdiéndome en ellos, saboreando su boca, mezclando mi lengua y la suya, su aliento y el mío, su frescura, su sabor, aprovechando todo cuanto podía. Lo miré a los ojos. Jadeante, y no quería que estropease este hermoso momento. Estar entre sus brazos era lo mejor que podía sentir, la sensación más agradable. Más placentera. No había estado jamás con ningún otro, no conocía qué era el sexo si no era con él. Aunque para mi era mucho más que eso. No era sólo el simple deseo carnal de sentirte complacida, sino que era la entrega. Entregarme a él, igual que él se entregaba a mi, por amor. Porque ambos nos queríamos.
Lo miré de nuevo a los ojos, y puse mi dedo índice sobre sus labios, suplicándole que se callase. - Shh.. no hables de eso ahora.. - sólo quería sentirlo a mi lado, sentir como mi cuerpo y el suyo se fundían hasta pasar a ser uno sólo.
- Te amo - susurré entre sus labios, antes de volver a besarlos. Mientras mi cadera se movía al compás de la suya, recibiendo cada una de sus embestidas con gran acogida entre mis piernas. Mi sexo ardía, mi cuerpo clamaba más. Quería más de él. Todo cuanto pudiese tener, y aun así todo me parecía demasiado poco.

Cerré mi boca entorno a la de ella el silencio seria mas llevadero si es acompañado por solo la reacción de nuestros cuerpos.. gire mi cuerpo quedando bajo del de ella.. acomodando sus rodillas a mis costados,.. entendía lo que ella quería decir, me ama y se que le estoy causando daño con mi partida.. negué con la cabeza no quiero pensar en esas cosas estando a su lado.. me enderece un poco y bese su cuello bajando por entre sus senos.. llenando mi boca con uno de ellos.. besándolo poco a poco.. delineando su delicada figura.. con la punta de mi lengua.. mi cuerpo se movía con un poco mas de fuerza bajo el de ella.. podía sentir ese calor que emana de ella y se riega a lo largo de miembro.. jade un poco mas apretando mis labios sobre su seno.. mis manos se movieron por lo largo de su espalda.. delineando con las puntas de los dedos.. cada una de sus vertebras que se contorsionaban con cada arremetida a su sexo. Bella aceleraba sus caderas contra las mías.. y mis labios siguieron una linea recta hasta su cuello.. besándolo acariciándolo con mis labios.. la abarque con mis brazos.. desesperado por el placer que llenaba cada espacio de mi mente.. de mi cuerpo.. miro sus ojos y por un segundo me detengo mirando en ellos ese amor que me otorga su alma..
-Te amo.. te amo.. vida mía..-
Busco sus manos.. con urgencia las quiero.. las sujeto entrelazando los dedos con los de ella.. muevo mi cuerpo bajo el de ella mirando como sube y baja sobre mi.. y sus hermosos senos bailan para mi deleite sonrió.. temblando de pasión y respirando con mas aceleración.. llevo mis manos entrelazadas con las de Bella a su espalda.. mi torso esta ya erguido recto contra su pecho.. y nuestras manos están a su espalda y mis labios la besan apasionadamente sobre sus labios.. sintiendo como sus caderas bailan sobre las mías y las mías le contestan con movimientos mas rápidos y fuertes.. jalo sus manos a mis espaldas y su cuerpo se funde en el mio.. aun besando nuestros labios jugueteando con nuestras lenguas.. y mordiéndonos... con suavidad.. puedo sentir la sensación de excitación... como se contraen mis músculos a sentir mi miembro devorado por su sexo..

Juntos, muy juntos, con el vaivén de nuestros cuerpos, el sonido de nuestros roces, de nuestra piel. Se sentía bien. Nada enturbiaba ese momento. Me sentía plena, amada, y me sentía bien. Deseada, feliz. Completa. Él era mi otra mitad. No tenía sentido la vida si no era a su lado. Su cuerpo complementaba al mío a la perfección. Se compaginaban de un modo inigualable. Indiscutible.
Siento que sus manos buscan las mías, entrelazo nuestros dedos, y aprieto con fuerza estos en cuanto mi cuerpo recibe al suyo en su interior, cada vez que el empuja compenso esa sensación con mi fuerza. Arqueo mi espalda. Siento infinitas sensaciones recorriendo todas mis terminaciones nerviosas. Una corriente eléctrica invade mi cuerpo. Como si cada célula de él necesitase de las suyas para vivir. Como si él fuese el aire que necesitaba siendo humana para respirar, o como si fuese la sensación de plenitud que tanto deseaba conseguir. Los músculos se contraen en cuanto lo reciben, abro más mis piernas, apretando más su cuerpo contra el mío, atrapando su cuerpo entre mis caderas, su miembro en mi sexo, inundándome de placer. Llevándome a la gloría.
Mis labios buscan los suyos, necesito devorarlos, besarlos, comerlos. Morderlos. Y así lo hago. Atrapo su labio inferior entre los míos, lo muerdo. Me encanta morderlo. Suave, no demasiado. Recorro con mi lengua el trazo de sus labios, suaves, dulces, sabrosos. Mi lengua se abre camino en su boca, entrelazándose con la suya, mezclando nuestros alientos, saboreando cada parte de su boca, consiguiendo que por poco mi lengua no llegue a su garganta.
Me excita. Besarlo me excita aun más de lo que ya estoy. Se me eriza la piel. Me siento plena. Me siento bien. Necesito que me devore, que me bese el cuerpo, mis senos, llevo una de sus manos a mi pecho y en cuanto sus dedos rozan mis pezones, este se pone duro y rígido. Siento un hormigueo por toda mi piel, una sensación reconfortante y placentera. Jadeo. Busco el aire. Aire que necesito, no para respirar pero si para estar plenamente consciente. Con sus besos, con sus formas de arremeter en mi interior, y con sus caricias siento que puedo olvidar incluso hasta mi nombre. No quiero que esto acabe. Llego al clímax, alcanzo el éxtasis, y aun así no me parece suficiente. Porque nuestros cuerpos no son capaces de cansarse. No son capaces de sentirse satisfechos.
Me muevo, y en un instante nuestras posturas cambian por completo, ya no es él, con su miembro duro y fuerte arremetiendo contra mi, sino que soy yo la que está encima de él, devorando su cuerpo, atrapando su miembro en mi sexo, cabalgando sobre él, moviéndome rápido, para ir relajando mis movimientos. Convirtiéndolos en algo más simple, en algo más suave. Más excitante y romántico. Incluso más complaciente. Siento que mi humedad se desliza por su miembro. Estoy completamente mojada, húmeda, corrida y excitada. Y aun así me niego a parar. A ceder. No puedo, no quiero separarme de él, porque creo que en cuanto lo deje ir no volverá. Sus manos atrapan mis pechos, pequeños, pero bonitos. Sus dedos rozan mis pezones, me vuelve loca. Echo mi cabello hacia atrás con un movimiento de cabeza. Y sigo moviéndome sobre él. Moviendo mi sexo de un modo circular logrando que su miembro se clave mucho más en mi interior y que con ello sienta una sensación completa, sienta que ocupa cada espacio de mi cuerpo y que me llena por completo.

Nuestros cuerpos son únicos juntos no tienen nada que desear mas que amarse.. la veo moviéndose dejando que mi ser se llene el clímax de ambos llego en un solo momento. al unisono los dos nos entregamos al ser del otro.. pero debía marcharme y mi ser parecía sentir dolor... dejarla es muy difícil es lo mas difícil que podría pero es mi deber.. debo cumplirlo y se que no sera fácil... su cuerpo grácil me hace moverme y sonrió..
-Jamas pensé que fueras.. así amor.. y me gustas.. -
Sentí su cuerpo sobre el mio y sus piernas fueron acariciadas por mis manos.. sus largas y hermosas piernas son mías están aquí para mi.. se mueve suave y dulce pero profundamente sobre mi cuerpo.. y cierro los ojos para sentir esa humedad que me declara suyo y es así soy de ella y eso nunca cambia soy el cuerpo.. y el ser que la ama con pasión y que no dejara que nada le pase en combate.. es eso.. eso es lo que ella esta haciendo? quiere que me quede de una forma a otra.. y no quiero irme... siento que debo maldecirme por haber dicho que aceptaba esa misión pero no hay paso atrás..
-Bella.. amor.... se lo que quieres.. uhmm hacer.-
Es difícil pensar en el deber cuando se tiene a la mujer de tu vida en una situación como esta, subí mis manos a sus senos y los apreté tiernamente y me incline hacia ella besando sus hombros..
-Te amo Bella mucho... demasiado para perderte o para dejarme perder en las frías garras de la muerte..-
La bese con pasión sin dejar que sus labios hablaran y que mi cuerpo se detuviera del afanoso momento en que nos entregábamos.. mis manos la abrazaron y estaba sentado sobre la cama.. son sus piernas a los lados y mi ser conjugándose con el de ella.. no la dejaría jamas.. es mi amor.. mi vida.. me moví con mas fuerza y la pegaba a mi cuerpo mientras mis labios la succionaban con mas fuerza quería llevármela impregnada en mi su recuerdo sus caricias.. toda ella me mantendrían vivo a donde iría..
-TE AMO TE AMO!!!-
No dejaba de mencionarle con cada movimiento que los dos hacíamos y con cada beso que nuestros labios se daban.. llegaba de nuevo al clímax porque su cuerpo.. en el mio es lo único en lo que pensaba.. y sentía y no dejaba que nada en mi mente ocupara el lugar mas que su recuerdo la forma en como fue humana y en como hasta ahora se había convertido en mi vida.. gemí con fuerza al sentir un segundo estallido explotaba de placer de nuevo en ella sin dejarla.. sin soltar su cuerpo del mio.. sin dejarla ir de mi.. jamas..