Sensaciones extrañas [Thomas]

Los rayos de sol me hacían apretar los ojos con fuerza. Acababa de despertarme. Un malestar me inquietaba. Mi estómago parecía estar mal, tenía náuseas, el olor de la habitación de pronto me parecía demasiado fuerte. Fruncí el ceño. No había sentido nunca una sensación como aquella. Me giré, muy despacio, Thomas descansaba a mi lado, en la cama, sumido todavía en sus sueños. Su rostro parecía apaciguado, feliz, sonriente, y radiante. Me recordé a mi misma la suerte que tenía, y lo guapo que él era. Pero de nuevo esa sensación de malestar en mi cuerpo me hizo estremecer. El vello de mi cuerpo se erizó. Tratando de ir callada, en silencio, sin hacer el menor ruído posible, me levanté de la cama. Por suerte conseguí no despertarlo. Llevábamos ya varias semanas durmiendo juntos, haciendo una vida en pareja. Me sentía dichosa y feliz. Llena de cariño y amor. Lo amaba. No había tardado en hacerlo, y mucho menos había tardado en darme cuenta. Se había vuelto demasiado importante para mi. No quería separarme de él en ningún momento. Abrí la puerta del baño, y me mojé la cara, pero de pronto una nueva arcada hacía acto de presencia. Corrí hacia el retrete, me puse de rodillas y tratando de recogerme el pelo con una mano, mientras con la otra me sujetaba a él, comencé a vomitar. Mis ojos comenzaron a llorar. No había cosa en el mundo que me desagradara más que vomitar. Pocas veces en mi vida lo había hecho. Debía estar demasiado enferma como para eso. Posiblemente hubiese cogido un virus. Pero de un modo totalmente involuntario mis manos fueron a parar a mi vientre. Como si ahí estuviese la respuesta. Me dije a mi misma que era imposible. Pero pensándolo mejor, no lo era. No habíamos usado precauciones en ningún momento, y ya eran muchas las noches que ambos habíamos compartido. Además, ahora que me daba cuenta, hacía ya días que se me retrasaba la menstruación. Me asusté. De pronto me asusté mucho. No sabía qué hacer. No estaba segura, pero desde luego eran muchos los indicios que apuntaban a que estaba embarazada. ¿Qué haría entonces? Era demasiado joven, inexperta, y Thomas... bueno, no sabía si él quería compartir toda su vida conmigo. Si estaba preparado para ser padre, para tener un bebé conmigo. Todos esos sentimientos me hicieron marearme, y justo cuando fui a ponerme en pie, sentí otro de esos mareos y sentí que mi cuerpo se desvanecía, pero entonces, unos fuertes y cálidos brazos me sujetaron y me apretaron contra su cuerpo. Thomas estaba allí, ayudándome. Mirándome con cara de miedo y de extrañeza. No comprendía lo que me estaba pasando.

Las noches, los días y mi vida se habían convertido en algo maravilloso, había tomado un empleo en la librería no muy lejos de aquí, no es mucho el sueldo pero lo suficiente para mantenerme y mantener a mi Elie, cada mañana, cada tarde una vida que jamas imagine pudiera tener, mientras dormía después de una noche como ninguna, porque ninguna es igual a la anterior, todas son diferentes cada una tenían un toque especial y esta noche no se había quedado atrás, mis pesadillas se habían esfumado, el nombre de mi pasado ya no existía, solo estaba ella en mis sueños, una tarde bella con ella en el parque jugando mientras nos besamos y nos juramos amor y amor de verdad, ella me enseño eso, que es el amor, sonreí como estúpido en mis sueños porque así era mi realidad, pura alegría, se de las criaturas mágicas de la magia que Elie tiene en su cuerpo, pero solo me importa el saber que al fin tengo lo que deseaba una vida..
Me gire de lado alzando el brazo para pegarla a mi cuerpo, de pronto tenia esa necesidad de pegarla a mi de sentirla, pero mi mano cayo sobre el colchón y tente aun con los ojos cerrados, la suavidad de las sabanas no es la misma que la de su cuerpo, abrí los ojos y no estaba, alce la vista, en espera de verla ahí, de tenerla a la vista y decirle lo maravillosa que es, me incorpore un poco mas.. no esta en ningún lado, pase mi mano un par de veces por mi cabello aclarando la vista eh incorporándome, baje de la cama y pude escuchar un leve sonido.. la puerta del baño estaba abierta y el sol la iluminaba como el resto de la casa y ahí estaba ella hincada frente al retrete, un sobresalto llego a mi corazón, estaba enferma y no me gustaba nada que ella se sintiera mas, me acerque apenas un paso cuando note que se levantaba, camine un poco mas y antes de que terminara de incorporarse.. su peso se declino un tanto y me apresure a sostenerla.. mi mano paso por su cintura y la atrajo hasta mi cuerpo y la otra se unió a la primera afianzando la con firmeza a mi.
-Elie.. -
Dije apenas con un leve susto al pensar que se podría haber echo daño, la hice girar poco a poco sin perder el contacto con ella y pegándola a mi cuando la tuve de frente.
-Te has enfermado preciosa?-
Acomode sus hermosos cabellos y limpie con mi dedo gordo un vestigio del vomito limpiándolo en el bóxer que me había puesto al salir de la cama, la mire y se ve preocupada y no me gusta que este así.
-Veras que no es nada malo.. un bichillo o alguna cosa sin importancia mi amor.. ven -
La acerque al lavamanos y abrí el grifo dejándola a ella pegada a la orilla del mismo y mi cuerpo detrás del de ella.. asegurándose de no dejarla caer si se volvía a sentir mal, limpie su boca con cuidado y deje que se enjuagara.. y le mire por el espejo.. esta pálida y con un poco de ojeras, aunque hemos dormido mas de la cuenta, es sábado y no tenemos que levantarnos temprano..
-Estas tan pálida, Elie que ocurre?-
El miedo es algo que no se esconde con facilidad y ella es una cubierta trasparente, tanto que no es difícil leer en ella. al menos leer que algo le ha alterado, pase mi mano por su vientre, le daré calor para que se sienta un poco mejor, lo tiene duro y siento como lo tensa ante mi tacto, beso su hombro procurando hacerla sentir mejor y sus labios se abren parece que quiere decirme algo, dejo mi man abierta casi a la altura de su ombligo y fijo la mirada en el espejo sobre sus ojos.

Sentía que mi cuerpo estaba a punto de caer alargué mi brazo pero no existía ningún punto de apoyo. Fue entonces cuando unas cálidas manos rodearon mi cintura, la calidez propia de su piel me hizo sentir mejor. Mirándolo a los ojos podía percibir su preocupación. Fruncí el ceño. Posiblemente imaginaba que estaba enferma. No quería contarle nada, no quería preocuparle, sobretodo porque creía que no le gustaría ser padre. No sabía cómo hacerlo, no sabía cómo reaccionaría. 
Me acercó al lavamanos y me limpió las comisuras de los labios. Entonces de mis ojos comenzaron a brotar lágrimas. Demasiadas, más de las esperadas y más de las deseadas. Suspiré me di la vuelta y me aferré a él, abracé su torso desnudo y aproveché para aspirar su agradable aroma. Mi estomago parecía estar mejor. Al menos el suelo no daba ya vueltas, y me sentía mucho mejor. 

- Thomas, yo no sé cómo ha pasado... - mierda. Era una estúpida. ¿Cómo podía haber dicho eso? Estaba claro cómo había pasado. Lo que me preguntaba era porqué no había tomado precauciones, quizá por que no había pensado en ello antes, o quizá porque tampoco me preocupaba ni me disgustaba del todo la idea. En el fondo, tener un hijo no me parecía tan horrible, y tenía claro que él era el hombre de mi vida. Y que quería que él fuese el padre de mis hijos, si los tenía.

Seguía llorando, no podía parar. Quizá me estaba comportando como una niña, pero el miedo me hacía sentirme débil y estúpida. No sabía cómo debía reaccionar, posiblemente mi reacción era desmesurada, pero no estaba segura. 

- Creo que estoy embarazada. Creo que vamos a tener un bebé. - dije al fin. Entonces creo que no fui capaz ni de seguir respirando. Lo miré fijamente y esperé a ver su reacción. Quería saber qué pensaba él. Sólo esperaba que no se enfadase, o algo peor, esperaba que no me dejase. Si me dejaba sola con todo esto no sabría qué hacer. Tenía claro que ahora no podía vivir sin él. Lo necesitaba. No soportaría la idea de perderlo. Y mucho menos si esperaba un hijo suyo.

Sostengo a Elie, con firmeza aun pensando en que es lo que le pudo haber hecho daño, acomodo sus cabellos, la hago girar y levanto su cara para poder mirar sus ojos, están brillantes, hermosos como siempre pero con un resplandor extra, acaricio su mejilla y no dejo de besarle la frente salada por el sudor, sus labios se abren y me dice que no sabe como paso, sonrío.
-Seguro algo malo que comiste mi amor-
La abrazo aun mas fuerte, su cuerpo tiembla y se siente tan falto de fuerza, comienzo a preocuparme, ¿Que es lo que le habrá hecho mal?, repaso lo que hemos comido.. no recuerdo nada que tuviera el mas mínimo sabor extraño, ¿Que tomamos? .. no ha sido ni siquiera algo fuerte, ¿Que es? miro el reloj la es tarde, no creo conseguir medico alguno, el servicio medido comunitario no se cierra jamas, podría acudir ahí.. repaso todas las posibilidades, reviso mentalmente mi capital, recién comienzo a trabajar, es mi primera paga, pero Elie esta ante todo.. planeo el tomar las llaves y llevarla al medico.. cuando dice que esta embarazada, mi abrazo se aligera, pero siento su peso vencerse un poco y la sujeto de nuevo contra mi cuerpo, la miro a los ojos.. y veo como se sonroja y como esos enormes ojos se llenan de lagrimas.
-Repitelo..-
Mi voz suena dura y fría, no quería que fuera así, pero todo esto es tan sorprecivo.. acaricio su espalda con la palma abierta y repito la pregunta pero ahora en un tono mas suave.. el que debería haber salido desde un principio..
-Elie.. repiteme lo que has dicho.. por favor.. -
No dejo de verle.. no quiero dejar sus ojos.. sin que los míos le miren, ella lo repite y casi es palpable los nervios que le recorren, trago saliva, no es algo que espere, pero es algo que me gusta, al principio mis labios están en linea, pero después se comienzan a curvar ante la noticia, deslizo mis brazos mas aun.. por su cintura y la ciño a mi con cuidado.
-Eso es verdad? estas embarazada Elie... voy a ser padre? -
Busco sus labios y comienzo a besarlos, sonriendo y mirando su cara de asombro
-Te amo.. Elie voy a ser PADRE!! -
Alzo la voz emocionado por la gran noticia y bajo mi mano a su vientre acariciándolo por sobre la ropa..